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La juventud y el talento de Santiago Umba han recibido una lección inesperada de madurez a lo largo de todo el 2022. Una lesión de rodilla provocada por un fuerte golpe contra el manubrio en el Challege de Mallorca lo puso contra las cuerdas. Lo que en apariencia requería de descanso y baja de cargas para recuperar la articulación, se convirtió un problema serio que le impidió exprimir su físico a los niveles que deslumbraron en su estreno como ciclista profesional en Androni.
Las exhibiciones del 2021 perdieron vigencia. Su evolución se detuvo. Santiago se ausentó de la competencia justo en el momento en que otros jóvenes emergían con fuerza. “Este año ha sido realmente difícil para mí”, confiesa en charla con ADN Cycling el ciclista de 19 años, la perla que tras las salidas de Egan Bernal e Iván Ramiro Sosa hacia el WT, apuntaba alto en la renovación de talentos promovidos por la formación de Giani Savio.
“Entré en una zona que al final desmotiva y baja la moral… soy de los corredores que me gusta siempre ser competitivo y disputar. Tengo gran ambición para estas cosas, pero este año realmente se me salió de las manos”, relata el boyacense que en su debut profesional, siendo junior de segundo año, conquistó la clasificación de los jóvenes y se ubicó en el Top-5 de la Vuelta al Táchira, además de imponerse en la Planche des Belles Files en el Tour de Saboya.
Sus actuaciones despertaron interés de los principales equipos, sin embargo, la fractura del antebrazo en el Tour de L’Avenir le puso freno a lo que hubiese sido el momento cumbre de la temporada y su posible ascenso a la máxima categoría. Cumplió los tiempos de recuperación, planificó la temporada con objetivos de calidad, pero el infortunio en Mallorca cambió el panorama por completo. “La lesión de rodilla descontroló todo y me fue difícil volver a ponerme en orden”, cuenta Umba, ausente de las competencias durante ocho meses.
Regresó en la Adriática Iónica contribuyendo al trabajo de equipo en beneficio del eritreo Natnael Tesfatsion. Tenía la ilusión de ser parte de la selección Colombia en el Tour de L’Avenir, pero una medida de los directores del Drone Hopper Androni, ante la crisis que se avecinaba, lo obligó a declinar la convocatoria para centrarse en la obtención de resultados.
“El equipo entró en una especie de dificultad y quería que hiciera bien las clásicas italianas, por eso no me dieron campo para hacer el Tour de L’Avenir. En ese momento sentía bastante fatiga, no tenía el ritmo necesario y fue complicado hacer un buen resultado en esas carreras”, dijo el boyacense que aún tiene un año de contrato con el equipo italiano, que en 2023 podría bajar a categoría continental, una situación que complicaría la proyección de Santiago en la élite mundial.
“En estos momentos me estoy preparando para la próxima temporada. Creo que todavía hay oportunidad de revancha para volver a ser el corredor que estoy acostumbrado a ser”, afirma y hace énfasis en su intención de llegar a la máxima categoría. “Eso siempre lo hemos manejado con mi manager Giuseppe Acquadro. Ha estado dentro de los planes, pero después de todo lo que me pasó este año ha sido complicado. En estos últimos meses hemos pasado mi hoja de vida por todos los equipos pero no recibí respuesta de ninguno. Es realmente complicado de entender y aceptar como se olvidan de un corredor tan rápido. Hay corredores que no han tenido resultados relevantes y resultan en grandes equipos. Uno queda sin palabras”, concluyó.