“Estoy bien, no hay nada que lamentar”: Miguel Ángel López

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En su estreno en la carrera por etapas más importante del mundo, Miguel Ángel López sufrió un accidente que por poco lo deja fuera de acción. Ocurrió cuando en la última vuelta del complejo circuito de Niza, y cuando seguía la rueda de los españoles Omar Fraile y Gorka Izaguirre en el descenso, su rueda perdió tracción y fue a parar contra una señal de tránsito al costado de la carretera.

Para fortuna suya y del Astana, su jefe de filas libró el accidente con pericia y cabeza fría en un momento en el que no cualquiera hubiese sido tan atinado de sacar el pie y controlar la marcha de la bicicleta apoyando el talón en el suelo.

“La etapa de hoy ya hemos visto, bastantes caídas, el recorrido era un poco peligroso por los descensos, mucha pintura, muchos pasos de cebra y había mucha tensión. La lluvia hacía que todo el mundo fuera al suelo”, dijo Miguel Ángel, uno más de tantos afectados por una carretera impracticable bajo la lluvia y la brisa de la ciudad costera.

“A mí desafortunadamente en el último giro yendo hacia meta se me fue la rueda trasera, pero afortunadamente estamos bien, no hay nada que lamentar, pudo ser peor. Afortunadamente llegamos a meta y creo que mañana ya será un nuevo día, lo importante es que no nos hemos hecho mayor cosa”, confirmó el líder que después del aparatoso choque recibió el auxilio de Izaguirre y fue esperado por Harold Tejada para reintegrarse al grupo.

Este domingo, ya con la tranquilidad de no haber sufrido percances graves, el boyacense se alista para afrontar su primer reto en la montaña, en el parcial de 186 kilómetros que nuevamente se disputará en Niza, pero sobre un trazado distinto que incluye dos premios de primera y uno de segunda categoría.

Foto: Astana Team

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