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Tal como en La Molina, cuando conquistó una de las etapas cumbres de la Vuelta a Cataluña de 2019, Miguel Ángel López se llevó el dedo pulgar a la boca para dedicarle el triunfo a su hijo. En España fue para Jerónimo y Austria, en Kals am Grossglockner, Austria, la señal fue para Guillermo, el segundo heredero de la familia López Acevedo.
“Feliz con esta victoria, es una alegría inmensa, se la dedico a mi familia. Gracias equipo por un gran trabajo”, fue su mensaje para describir lo que significó la primera victoria de la temporada desde que regresó al Astana, con el que ha conquistado los logros más importantes de su carrera deportiva.
“Salimos convencidos de que era un bonito final, y yo creo que hemos sabido hacer las cosas como lo planteamos. Los compañeros estuvieron en la fuga por si había un grupo numeroso, pero la idea era que yo estuviera en el pelotón tranquilo porque sabíamos que ahí también había posibilidades”, afirmó López, ganador de la segunda etapa de la edición 2018 en Alpe di Pampeago.
El escalador colombiano triunfó después de cazar al solitario Thibaut Pinot a falta de dos kilómetros para la meta. Allí, con un potente contraataque sentenció su victoria vestido de rojo, color que identifica al líder de los sprints intermedios.
En el lote de favoritos, a 15 segundos, llegaron sin sobresaltos Einer Rubio (Movistar Team) y Santiago Buitrago (Baharin Victorius). El líder sigue siendo el español Pello Bilbao (Baharin Victorius). Rubio es sexto y Buitrago séptimo, ambos a 16 segundos.